sábado, 21 de febrero de 2015

LOS BESOS


El Beso, Rodín

Con el tiempo, tu boca
y la mía extendieron la rutina
perfumando las copas del deseo.
Era entonces, cuando convertíamos
los vasos, en cristal de Bohemia
ungidos por el placer de brindar
con vino y néctar de rosas.

Hoy mi boca se abre
vivificante hasta la tuya
mi lengua trata de imbuír
en tus labios la miel
como una abeja que extrajera
el olvido, con su aguijón.

Acaso en un instante,
dejes de bucear en mi boca
y entonces no recuerdes
donde pusiste el polen.

Un zumbido de sueños
escapan, como fugaces estrellas.

*************
(R.J.M./14.2.2015)



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