martes, 23 de diciembre de 2014
NAVIDADES REALES
La realidad es que debería odiar la Navidad. ¿A qué niño, siendo Dios, se le ocurre enviar a papá y, más tarde a mamá, a pasar la Navidad en un hospital?
Papá, era un hombre bueno, se enfadó cuando le dije que no había puesto el portal de belén, me dijo: Imagina, si fuese tu cumpleaños y ni siquiera te hubiesen sacado de paseo, para pasarlo en compañía de tus amigos.
La realidad fue, que, pese a sacar al Niño Jesús y a su familia, de la caja, unas semanas después, se lo llevaban a él para siempre, también le metieron en una caja y no volví a verle. Se acabaron los paseos de los domingos primaverales por el Retiro.
Después fué mamá, decía que la Divina Pastora había venido a traerle el turrón blando y los mantecados y le habían encantado, después de haberle sido negados por algo que llamaban glucemia. Los Reyes volvieron dos días después para que le acompañaran.
Pese a todo, yo todavía les veo rondando por el jardín que tanto amaron, por eso saco al Niño, por si se les ocurre asomarse a la puerta.
¡Feliz Navidad 2014, con Salud, Paz, Alegría y un buen Aguinaldo!
Besos y abrazos.
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