sábado, 12 de abril de 2014

ABECÉ REFLEXIVO



Amar, es sentir
que te has fundido en uno solo.

Bebe y brinda con la luna
como si fuese él.

Conócete a ti mismo,
antes de creer, que conoces a los demás.

Chocan los pájaros sin detener
el vuelo. Es un milagro.

Dúo de caminantes, distintas sendas.
A veces se encuentran.

Eleva el sol sus rayos y el orgullo
nubla el esplendor logrado.

Feliz es aquel, que se conforma
con sus posesiones.

Gracias, palabra que deberíamos
pronunciar cada día.

Huecos van dejando los espacios,
que hunde la sinrazón.

Imposible crezcan flores, donde el odio
siembra su orgánica materia.

Jamás, palabra de difícil destrucción,
siempre se estrella.

Kilometros de amor, se desandan
con sólo una corta decepción.

Libertad, es saber que el vuelo
no recorta sueños a los demás.


Llamamos miserias, a la mezquindad
de no ser comprensivos.

Miel sin aditivos, es amar
cuando no deseas cambiar al otro.

Nunca pierdas la belleza infantil
que subyace en el interior.

Obedece el fuego cósmico, a la idiotez
humana de creerse dioses.

Pensar que te comprenden,
es galopar por la imaginación.

Quien cree que el alma
es responsable, será un eterno sabio.

Roza los pétalos de una flor,
sentirás que permanece en tu piel.

Sublime ternura experimenta,
quien llora el recuerdo en la distancia.

Tiende a la equivocación, quien no es capaz
de cruzar el puente del dolor.

Ultima los sueños con despropósitos
quien juzga al otro, desde el desierto.

Vencer la tristeza no es difícil,
siempre que tengas al lado un amor.

Exaltación del amor, es luna llena
en la extrema oscuridad.

Yacer en la soledad y olvidar,
no redime los sueños perdidos.

Zarpar con el corazón lleno
de buenos augurios, es el mejor equipaje.

(R.J.M./12.4.14)


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