En este día de recuerdo,
no nos embarga la tristeza.
Hubo tantas veces en que se te acercó
la dama negra y saliste victorioso,
que el duelo no nos tenía apego.
nos hacía sentirnos vivas.
Recobrábamos el coraje
para transitar por el dolor.
No, el destino no tiene dueño,
está escrito en el libro de las sombras,
aprendemos a leerlo cuando pone
la palabra fin.
(R.J.M./23.7.16)
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